Este blog es para el desahogo de un ciudadano que está cansado de que nos cuelen tantos engaños a casi todo el mundo. El único consuelo que me queda por ejercer es el de decir en voz alta "A MI NO ME ENGAÑAN".




Ya está disponible el ensayo
"Las Falacias que nos rodean", de distribución libre y gratuita.

martes, 25 de marzo de 2008

Sobre los sucesos en los Pajaritos

Cuando en verano de 2.002, murió un atracador de estancos como consucuencia del legítimo derecho a la defensa de un guardia civil, se montó una buena en el barrio de Los Pajaritos de Sevilla, de donde era ese individuo.

Entonces escribí esto, que ningún periódico me quiso publicar, ni en versión resumida ni extendida. Pues ahora lo pongo en mi blog.


Estimado y anónimo lector.

Ante los sucesos acaecidos durante y después de la detención de un delincuente habitual en la barriada de Los Pajaritos, en el verano de 2002, me gustaría exponer mi punto de vista:

1) En Los Pajaritos residen varios miles de personas, por lo que si tenemos en cuenta que en los alborotos participaron unos 150 individuos, se llega a la conclusión de que los que rompieron la convivencia en el barrio son un porcentaje inferior al voto obtenido por HB en el País Vasco. Quizá habría que acuñar la expresión. “Delincuentes no, vecinos de Los Pajaritos sí”.

2) En cierto periódico se pudo leer el titular “Los Pajaritos se levantan en armas”. Este titular merecería aparecer en la sección de ‘ética periodística’ de un conocido programa de TV. Vamos a ver, lo que hicieron los individuos que participaron en aquel tumulto no fue levantarse en armas. Fue una ‘Vendetta a la andaluza’. El mensaje es claro: “Nosotros podemos robar lo que queramos, y si se nos planta cara, montamos la marimorena”. En cierta película de mafiosos en la que se narra la infancia de un capo, se ve como le echan alcohol a un quiosco que no quería la ‘protección’ de los ‘menores’, para luego prenderle fuego. Cambien el quiosco por un estanco, los botes de alcohol por una furgoneta robada, y Calabria por Los Pajaritos.

3) Todas las muertes en circunstancias violentas son lamentables, más aún si la víctima no ha provocado la situación, más aún si la víctima no puede defenderse porque va desarmado, más aún si tras la muerte de la víctima, su recuerdo se mancha porque la sociedad no se levanta en armas contra todo aquello que se vincule con el asesino. ¿Qué todas las muertes son iguales? No lo son y me da igual no ser políticamente correcto. No ha sido igual la muerte del delincuente y habitual de Los Pajaritos que la del joven (que también era menor, por cierto) de los Jardines de Murillo. Como podrán deducir, lamenté muchísimo la muerte del joven de los Jardines de Murillo, que no fue a robar ningún establecimiento, que no llevaba una navaja ni tres colegas detrás con pistolas. La lamenté porque no provocó ninguna situación y no podía defenderse.

4) Los alborotadores nos han ‘dado una lección’ de cómo se debe reaccionar ante la muerte de un “colega”. Supongo que si el asesinato de una persona sin antecedentes llegase a colmar la paciencia ciudadana y en un momento de pérdida de nervios los vecinos se “levantaran en armas”, reorganizasen las patrullas vecinales y fuese volcado el coche del asesino, bajo el lema de ‘Venganza’, hablaríamos del “fascismo intolerante”, de “desprecio por los más desfavorecidos”, de “reacción chulesca y desproporcionada”, del resurgimiento de la “Ley del Talión”. Pero este no es el caso. El que inicia la agresión pretende “marcar el territorio”. Quien repele una agresión, es “un chulo”.

5) Quien decide conducir su vida por la senda de la delincuencia está asumiendo un riesgo. Lo asume el submarinista, lo asume el torero y lo asumen los operarios que reparan cables de alta tensión. Y lo asume la víctima que se enfrenta a un atracador. Todos cobran por ello, pero asumen el riesgo. El delincuente, históricamente, también ha sido consciente de que asume un riesgo. Los ladrones de joyerías al menos procuran que no se les pille, actúan con prudencia. Lo hacen de manera que no los vean. También son conscientes de este riesgo los tradicionales ‘carteristas’, que bien que procuraban no ser pillados ‘in fraganti’, para que el dueño de la cartera no les propinase una ‘atragantá’ (es sabido que de toda la vida de Dios la defensa propia ha sido un atenuante y no un agravante) Y lo asumen los revientapisos que actúan en verano, cuando no hay vecinos y la plantilla policial disminuye. Pero ahora está surgiendo un vergonzoso tipo de delincuente. Delincuentes que no quieren actuar con riesgo. Que consideran el robo como un derecho. La reacción de estos individuos es propia de quien ejerce un derecho. No hay derecho que haya personas que asuman un riesgo al enfrentarse a delincuentes, y que el delincuente no los tenga que asumir. Por hablar en términos jurídicos, se podría decir que la defensa propia es un atenuante, no un agravante. En términos jurídicos, lo que pretenden los delincuentes es que la defensa propia sea considerada un agravante. - “Sí, murió, pero claro, se enfrentó con seis atracadores, a quien se le ocurre. Hay que estar loco y ser un chulo”. “¿Que ha muerto por que Guardias Civiles de paisano se defendieron de los tiros que recibieron? Volquémosle el coche, quememos contenedores y apedreemos a los bomberos”. Esto se llama perversión. Están reivindicando el derecho a robar sin riesgos.

6) Según la actual legislación, a todo individuo le asiste la presunción de inocencia. Quiere esto decir que toda persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Lo es el Guardia Civil que disparó la pistola. Y si no fuese inocente y algún juez decidiese condenarlo, debería tener en cuenta que la defensa propia es un ATENUANTE, no un agravante. (Ya sé que me repito mucho, pero es que hay ciertas ideas erróneas en el subconsciente colectivo que hay que erradicar...). En este sentido, se está echando muchísimo de menos unas palabras de apoyo del alcalde de Sevilla en favor de la presunción de inocencia del guarda en concreto y de la Guardia Civil en general. Por que la inmensa mayoría de los ciudadanos de Sevilla estamos de su parte. Los que volcaron el coche no llegaban a 150. Y puede que entre los sinvergüenzas de otras zonas de Sevilla totalicen un total de mil. Los 699.000 sevillanos restantes estamos a favor de la actuación del Guardia Civil. Quizá sería conveniente una manifestación que saliese del Ayuntamiento y pasase por los Pajaritos cuyo lema fuese: ‘Viva la Guardia Civil’. ¿Qué eso sería una provocación?. Una provocación es que vengan a tirar botellas de gasolina a Nervión. Tratan a este barrio como si fuese un coto de caza. Aunque hasta en la selva hay clases. Las hienas no se atreven con los rinocerontes sino con las cebras. Y, cuando no están en su barrio, los niñatos se atreven con los chicos de 14 años, no con los de 27 años aunque saquen 500 euros del cajero que está justo enfrente de la zona del edificio Catalana Occidente donde, entre otros sitios, se ponen estos ‘peligrosos individuos’. SE DE LO QUE HABLO

7) Y ya que estamos de paso, los bomberos también corren un riesgo por su profesión. Lo vemos en cualquier incendio y ahora en Los Pajaritos por partida doble: el fuego y los niñatos.

8) Para mí la defensa propia es y será siempre, un derecho y un atenuante. Y pienso ejercerla hasta donde sea necesario en función de las circunstancias, le pese a quien le pese. Y si como consecuencia del ejercicio de mi derecho a la autodefensa se derivara alguna consecuencia lesiva para el agresor, deberé ser juzgado bajo la presunción de inocencia y la consideración de que la defensa propia es un atenuante, no un agravante.

9) El hecho de que usen la pistola de fogueo es muy perverso. El dueño del estanco debe darles todo el dinero ‘no vaya a ser que la pistola sea de verdad’. Y el Guardia Civil no puede dispararles ‘no sea que la pistola sea de fogueo’. El delincuente que no corre riesgos. Puesto a crear lemas, también podemos modificar refranes. “La banca y el niñato con pistola de fogueo siempre ganan”.

10) Todo lo que está pasando con esta gente también me recuerda a lo que sucedió en el año 999 de la era cristiana. Todo el mundo tenía miedo pero nadie sabía por qué. Con los delincuentes sucede lo mismo. Señores: a esta gente se les puede y se les debe plantar cara. Lo que pasó en Los Pajaritos es producto de que están muy mal acostumbrados. están acostumbrados a ganar, y esa costumbre hay que quitársela. Hay que enfrentarse con ellos por sistema y sin pensarlo. “Vaya, con un fantasma hemos dado”. Supongo que si hubiesen visto a un niñato llorando tras intentar robar a una victima que se resistió (pegando puñetazos, sí pero en defensa propia que es un derecho, recuerden) pensarían igual que yo. Hagan la prueba y no se dejen asustar por aquello de ‘no te metas con ellos que con esa gente no hay quien pueda y luego el lío lo tienes tú’.

11) Ellos nos ven como las gallinas de una explotación ganadera. Si un granjero tiene un corral de gallinas, de las cuales toma todos los dias los huevos que luego vende, y un día una gallina no consiente que le cojan el huevo y le saca el ojo de un picotazo, el granjero pensará que esa gallina no tenía ningún derecho a rebelarse ni a darle el picotazo. Y lo pensará por que lo ha hecho siempre, ninguna gallina se ha resistido nunca y socialmente no se discute. Esta gente está acostumbrada a salirse con la suya. Para ellos tomar un móvil para revenderlo es casi un derecho. Para ellos es ‘injusto’ que te resistas y ellos no puedan ejercer su ‘derecho al robo’. “¿Quién se ha creido que es este hombre/gallina para no dejar que tome el movil/huevo que por derecho me corresponde para venderlo en la Alameda/mercado de huevos?. Encima va y me pega un puñetazo/saca un ojo. Para que escarmiente le daré un navajazo/cocinaré en pepitoria. Así los demás ciudadanos/gallinas entenderán que están en la obligación de dejarse robar/coger el huevo” Otro dato más que avala esto es el hecho de que hayan estrellado la furgoneta contra el estanco. Esto también es muy perverso. Con ello lo que están consiguiendo es que la próxima vez que unos niñatos roben un establecimiento, el dueño rece porque ninguno de ellos muera al ser detenidos. “Que ninguno de ellos muera por que si no la tomarán conmigo y me arruinarán el negocio”. Forma parte de la ‘domesticación de las víctimas’. Las victimas comienzan a desear que no le pase nada a sus agresores. Sin embargo, nadie reza porque las víctimas no mueran. Cuando ello suceda, serán ‘cosas que pasan’.

12) En Francia hace poco estuvo a punto de triunfar la extrema derecha. Habría que tomar nota de ello. Cuando está en juego la vida y la libertad, se puede perder el raciocinio. Esto no es un capítulo de ‘Médico de Familia’ en el que todo se soluciona con ‘buen rollito’. Estamos hablando de que el negocio que da de comer a tu familia es exprimido por unos mafiosillos a los que los cuerpos de seguridad no pueden detener porque sino, se ponen a quemar contenedores poniendo en peligro la vida de ciudadanos honrados.¿Qué sucedería si un partido de extrema derecha se aprovechase del actual clima y reclamase el voto ofreciendo la eliminación ‘por cualquier método’ de la inseguridad ciudadana? ¿Quién podría juzgar culpables a los vecinos de Los Pajaritos (o de Nervión, a donde acuden a robar) que votasen a este partido para librarse de la injusta y aberrante situación actual?

13) Y puestos a hablar de posibles partidos políticos, pongamos que alguien oportunista quiere aprovecharse del miedo de los cuerpos de seguridad a entrar en ese barrio. Pongamos que, con la excusa de responder al partido de extrema derecha, constituyen una coalición de extrema izquierda (Llamémosla ‘Herri Sinvergüenzasuna’. Pongamos que empiezan a poner coches bomba en Nervión para que la gente les tenga miedo. Pongamos que el dinero para montar el coche bomba sale, por miedo, del bolsillo del estanquero contra cuyo negocio estrellaron la furgoneta. Pongamos que el estanquero ha denunciado lo que le han obligado a hacer pero que la contestación es que “no se puede hacer nada para no caldear más el ambiente”. Adornemos los ataques de gamberrismo con una expresión ‘glamourosa’ tal como ‘kale canirroka’. Pongamos que este sucede mil kilómetros más al norte y hace cien años. ¿Saben que? Que no quiero que dentro de 30 años haya manifestaciones en toda España cuyo lema sea “‘Andaluces sí, ‘Herri Sinvergüenzasuna’ no”. Aunque al menos me queda un consuelo. Estoy seguro que monseñor Amigo Vallejo defendería antes a las víctimas que a los dirigentes de ‘Herri Sinvergüenzasuna.’

14) Quien piense que estoy exagerando que lea las pintadas que han aparecido en Los Pajaritos cuyo lema es ‘Gora ETA’. Si ETA decide cometer un atentado en Sevilla ya sabe quienes y donde le darán cobijo. Estos niñatos se han cargado el resultado de la colaboración ciudadana en la detención del asesino de Muñoz Cariñanos. En aquella ocasión, los ciudadanos honrados le plantaron cara a un terrorista. ETA le cogió miedo a atentar en Sevilla por el peligro que correría la integridad física de sus asesinos y por la falta de cobertura. Con estos incidentes, aquella magnífica y espontánea actuación conjunta de la ciudadanía de Sevilla se ha desmoronado. Si ETA algún día consigue poner un coche bomba en la Gavidia quizá cabría imputarle parte de responsabilidad a quienes creen que robar es un derecho.

15) ¿Alguien se ha parado a pensar las consecuencias que hubiese tenido la extensión del fuego desde los contenedores a los bloques de pisos habitados por ciudadanos honrados y atemorizados de Los Pajaritos? Máxime si los bomberos no pueden entrar a apagar el fuego. ¿Sería considerada represiva la actitud de los bomberos de no dejar que el fuego se desenvuelva con libertad? ¿Deberían ayudar antes los bomberos a los niñatos que a los ciudadanos honrados a escapar del fuego, bajo el miedo de ser acusados de fascistas por considerar que no todas las vidas son iguales? ¿Llegaría el miedo y la domesticación hasta el punto de que un padre le dijese a su hijo “No llames a los bomberos y no te metas en líos. De todas maneras sólo moriremos abrasados y esto son cosas que pasan”.

16) En ciertos sectores de la juventud de Nervión de ideología algo radical va creciendo la idea de que hay que acabar con estos niñatos por cualquier medio. A quienes tenemos contacto directo con estas personas, y creemos que el Estado de Derecho (¿?) puede solucionarlo todo, se nos están acabando los argumentos para contenerlos. Si algún día sucede algo, que nadie espere que yo señale con el dedo a quien quiso tomarse la justicia por su mano. Espero que cuando me niegue a declarar y testificar en contra de esos hastiados vecinos, el juez comprenda que yo “tenía miedo a las represalias de estas personas radicales”. No en vano, esa comprensión existe hacia quienes se niegan a testificar contra delincuentes habituales.

17) No quisiera terminar sin hacer una distinción entre dos vocablos: ‘joven’ y ‘niñato’. Un joven es alguien que está trabajando, estudia o ha estudiado, cumple las normas de comportamiento cívico, no teme a los niñatos, se toma la molestia de reciclar el papel en contenedores que los niñatos luego queman, planta árboles y ayuda en la medida de lo posible a los seres humanos que le rodean. Por eso si un día ve robar un estanco en la calle Fernando Villalón una noche del mes de junio, llama a la policía para que los detengan ‘in fraganti’. Un niñato es aquel que quema los contenedores en los que otros depositan el papel, que vomita en los árboles que otros plantan en el parque y que roba estancos y teléfonos móviles. Pero que nadie crea que esto les sale gratis. Más a menudo de lo que la gente se piensa, reciben puñetazos y, a veces, mueren en un atraco. Es un riesgo que asumen cuando empuñan una pistola, sea real o de fogueo.

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