Este blog es para el desahogo de un ciudadano que está cansado de que nos cuelen tantos engaños a casi todo el mundo. El único consuelo que me queda por ejercer es el de decir en voz alta "A MI NO ME ENGAÑAN".




Ya está disponible el ensayo
"Las Falacias que nos rodean", de distribución libre y gratuita.

miércoles, 29 de marzo de 2017

Liberalismo y mamandurrias

Vivimos en una era de "liberalismo", donde muchos de los profesionales que aún cobran buenos sueldos se ven presionados para que rebajen estos. Camioneros, mineros, ingenieros, estibadores o controladores aereos son algunos ejemplos. Son profesionales que hasta no hace mucho cobraban sueldos muy buenos, pero que, en aras de la "eliminación de privilegios", estos les han sido recortados de manera drástica, o están en proceso de recorte.

Sin embargo, hay otras profesiones que cobran sueldos aún mayores, y que no se espera que se la vayan a eliminar los "privilegios". Estamos hablando de notarios, registradores de la propiedad o farmacéuticos titulares (el propietario de una farmacia, no cualquier licenciado).

¿En qué se diferencian las profesiones "liberalizadas" de las profesiones protegidas?

La diferencia que hay entre unas y otras es cual es su cliente final.

Las profesiones que han sido liberalizadas se caracterizan porque su cliente final es una empresa. Un camionero no hace una ruta en su camión para llevar un paquete de rulos a Conchi, la peluquera, sino que lo moverá para transportar un cargamento de ladrillos vendidos por Ladrillera del Sur a alguna constructora. Un minero no se baja a la mina para sacar dos kilos de carbón que luego venderá a Pepe, el carpintero, sino que trabaja para una minera, que es la propietaria del carbón. Un estibador no moverá un contenedor para Carlos, el kioskero. Lo moverá para un gran distribuidor generalista, una gran empresa. Inma, la ingeniera, no diseña una plancha para Juan, para que él planche su ropa, sino que la diseña para un fabricante de electrodomésticos.

Con las profesiones protegidas sucede todo lo contrario. Sus clientes finales suelen ser personas fisicas. Pepe, el carpintero, cuando se compra una casa tiene que pagarle al notario y al registrador de la propiedad. Y Conchi, la peluquera, va a la farmacia a comprarse las aspirinas. Las farmacias, las notarías, los registradores de la propiedad tienen por clientes finales a personas.

Se han liberalizado las profesiones cuyo coste lo soportan las empresas, para que éstas puedan incrementar el beneficio. Se nos dice que el abaratamiento de los costes de controladores, ingenieros, al final redunda en un menor coste para el cliente final, pero basta ser observador y tener memoria para darse cuenta de que esto no es así. ¿Acaso han bajado el precio de los billetes de avion desde que se le bajaron el sueldo a los controladores? ¿Ha bajado el precio de las mercancias desde que empeoraron las condiciones de los camioneros? ¿salen más baratos los coches, los frigorificos o las lavadoras desde que se laminó la remuneración de los ingenieros?

La respuesta es no.

Por lo tanto, la bajada de sueldo de los anteriores profesionales se traduce en un incremento de los beneficios de las empresas que contrataban a estos profesionales. NO se traduce en una reduccion de costes para los ciudadanos, pues las empresas venden sus productos al máximo precio que las personas están dispuestas a pagar.

Por el contrario, no se reduce la remuneración de aquellas profesiones cuyos clientes finales son personas, para que éstas se vean obligadas a abonar unos precios o tasas desorbitados e injustificados que, de haber competencia, no tendrían que abonar.

Si la bajada de sueldo de las profesiones que se han liberalizado sólo implica aumento del beneficio para las empresas y no reduccion de costes para otros ciudadanos, ¿De donde viene el interés de un trabajador porque le bajen el sueldo a otro trabajador, si al final el primero no va a obtener una rebaja en su coste de vida? Sólo se me ocurren dos explicaciones. La envidia o el borreguismo. La envidia que lleva a quien gana 700 euros al mes a desear que el estibador TAMBIÉN gane 700 euros al mes, en lugar de luchar por que su sueldo sea TAN ALTO como el del estibador. O el borreguismo que lleva a que, si un periodico oficialista dice que "los camioneros/mineros/estibadores/ ingenieros/controladores son unos privilegiados", automáticamente esa idea sea asumida y tragada sin criterio.

En ambos casos me parece lamentable.


Contrasta este fenómeno con el hecho de que las empresas no reclaman que se liberalicen otros sectores que supondrían una reduccion de costes mayor que la que ha supuesto la liberalizacion de todas las profesiones anteriores. Así, las telecos no reclaman que haya más competencia en el sector eléctrico cuando la energía eléctrica supone un alto coste en su cuenta de resultados. Las eléctricas no reclaman que haya más bancos para que haya más competencia y así puedan reducir sus costes financieros.

Y eso es así porque las grandes empresas, en su conjunto, actúan de manera coordinada, pues tienen conciencia de clase. Eléctricas, bancos, telecos, aseguradores, constructoras, todas son la élite, la clase alta. No se pelean entre sí por sus márgenes, cada cual tiene los suyos, y no presionan para incrementar su beneficio a costa de reducir el de otras, pues saben que eso sería un desastre. Sin embargo, estibadores, dependientes, panaderos, ingenieros, controladores, camioneros, mineros, cocineros y limpiadoras aplaudimos cuando se aprueba alguna medida que supone una reducción de sueldo de un colectivo de trabajadores al que no pertenecemos. Los trabajadores no tenemos conciencia de clase.

Resultado final: Los costes de todo lo que compramos no baja. Los sueldos de todos los sectores laborales sí que bajan. Se incrementa el beneficio de las grandes empresas y se reduce la capacidad de ahorro de los trabajadores.



Este articulo y muchos más, están disponibles en el ensayo "Las Falacias que nos rodean", de distribución libre y gratuita.

LAS FALACIAS QUE NOS RODEAN

martes, 28 de marzo de 2017

Comparando editoriales de periódicos actuales con antiguos


Sugiero la lectura de esta editorial de una revista de 1915.


Sorprende en ella, en comparación con lo actual:
·        1)  La calidad de la redacción. Comparémosla con la calidad media actual
2  2)  La denuncia de una falacia imperante (en concreto, la de la autoridad). Hoy en dia los periódicos no denuncian las falacias, las promueven.
·     3)     El respeto al adversario. La neutralidad. Quien redacta la editorial, ¿es de derechas o izquierdas? ¿es partidario del eje o de las potencias centrales? No hay manera de saberlo. Se limita a dar una opinión. Hoy día, lees cualquier cosa y a la tercera frase aparece “demagógico y populista” o bien “heteropatriarcados” y ya sabes de que pie cojea. La verdad es que si sigues leyendo todo el artículo, sí que deja traslucir su ideología, pero al menos hay un razonamiento, no perfecto sino con sus puntos discutibles, pero desde luego de mayor calidad que los actuales. Y para darte cuenta tienes que leer casi todo el artículo y entender la idea. No hay un “todos deben votar lo que hay que votar porque lo contrario es demagogia y populismo”.
·         4) La secular incapacidad para centrarse en los problemas de España, pero pese a ello:
·         5) La independencia de criterio de España respecto a las presiones que pudieran venir de Europa, o al menos es lo que defiende el editorialista. Hoy dia, las editoriales de los periódicos defienden que hay que hacer lo que diga Europa.


Si alguien tiene curiosidad por el ejemplar completo, se puede descargar desde la BNE.


lunes, 27 de marzo de 2017

Las falacias que nos rodean


Tengo el placer de anunciaros que ya está disponible para su descarga gratuita el libro en cuya redacción he estado inmerso los últimos tres meses.


Su título es "Las falacias que nos rodean", y puede descargarlo (a través de SafeCreative) pinchando en la imagen:



https://www.safecreative.org/work/1802225858249-las-falacias-que-nos-rodean-v5

Adjunto la reseña del mismo:


Las falacias, por desgracia, forman parte de nuestra vida. Nos rodean por todas partes. Asaltan nuestra vidas en un escrache mediático formado por un batallón de periódicos, televisiones, películas y trolls de internet. A veces vienen de la mano de un comercial que trata de venderte algo. En otras, en las de un compañero de trabajo, o un jefe. En ocasiones, tus amigos las manejan, quienes creías tus aliados te traicionan blandiéndolas, e incluso podemos llegar a usarlas contra nosotros mismos, sin ser conscientes de ello.

Las falacias son una plaga que prolifera allí donde exista la palabra, oral o escrita, pero especialmente en cualquier circunstancia donde haya una negociación, una lucha de poder o, como no podía ser de otra manera, dinero.


Aprender a detectar falacias se ha convertido en una necesidad para sobrevivir en el mundo actual, pues su desconocimiento nos hace fáciles víctimas de múltiples engaños. Pero por otra parte, aprender a detectarlas implica imprevisibles efectos colaterales. Sólo hay algo más peligroso que ser cuerdo en un país de locos, y es aprender a desenmascarar falacias en público en una sociedad que las acepta como válidas.

DISCLAIMER: Este ensayo puede herir muchas susceptibilidades, especialmente en España.


Una vez que acceda al anterior enlace, pulse "descargar esta obra" en el correspondiente botón:



IMPORTANTE PARA USUARIO DE MÓVIL: Según me han hecho saber, la página de safecreative no funciona del todo bien desde algunos móviles, por lo que si accede desde un móvil, es posible que no pueda descargar correctamente el pdf. Si así fuera, puede solicitarlo por correo electrónico, y se lo haré llegar.

Una falacia autocontenida: Acusar de tener intereses


A estas alturas tenemos claro que falacias hay de muchos tipos. Cuando se han ido sufriendo muchas de ellas, las personas menos avezadas poco a poco habrán ido cayendo por el camino, y sólo los que tengan un espíritu más fuerte seguirán adelante.

Cuando es grande la resistencia del ciudadano cuyo cerebro la casta intenta anular, se empiezan a aplicar falacias de resistencia, y esta es una de ellas.

Su aplicación es sencilla. Si eres una persona con inquietudes sociales, y tratas de impedir alguna injusticia sobre un colectivo, y además tienes alguna relación directa con lo que estás defendiendo, te acusarán de tener claros intereses con ese tema, y te acusarán de actuar no por un interés social, sino de ser egoísta. ¿Y si no hay ninguna relación directa? Serás acusado de tener relación, intereses y simpatías con a quienes defiendes, con el argumento de que “aunque no pueda saberlo y no pueda acusarte, esos intereses seguro que existen. Si no, no pondrías tanto empeño en defender esta causa”.

Cree el ladrón y el cargo de confianza puesto a dedo, que todos son de su misma condición.

Es decir, si desfalleces en el intento, el problema no se soluciona. Si no desfalleces, te acusan de tener algún interés personal oculto, que ni el Mossad es capaz de averiguar, pero bueno, ese interés personal oculto existe.

Hay otra variante al aplicar la falacia, y es decir que, si no formas parte del colectivo acerca del cual haces la denuncia, entonces no puedes protestar al respecto. Por ejemplo, si estás gordito, no puedes protestar en contra del hambre. Si tienes casa, no puedes protestar contra los desahucios, y si tienes titulación universitaria, no puedes protestar contra los recortes en educación, porque tú ya tienes tu título. Dicho sea de paso, si tienes hambre y protestas contra el hambre, o estás estudiando y protestas contra los recortes en educación, te dirán que protestas por egoísmo, porque sí formas parte del colectivo acerca del cual haces la denuncia. Es decir, estarías actuando por egoísmo, y eso quita razón a tu queja.

Lo más triste de esta falacia es que la casta cuenta como cómplices para su aplicación con quienes ya han sido víctimas de esa falacia.

Así, a los estibadores en su momento les pareció bien que se ampliaran los horarios del comercio minorista, para así poder tener más tiempo para comprar. Los trabajadores del comercio minorista que sufrieron recortes, terminan apoyando que los pilotos o controladores tengan menos privilegios, se oponen a que luchen por conseguir objetivos para el colectivo del cual tienen intereses. Después, esos controladores se pondrán en contra de los mineros que están luchando por sus intereses, y con las minas ya cerradas y la industria sin reconvertir, los mineros en el paro criticarán ferozmente a los estibadores por defender los intereses de su colectivo, y así se cierra el círculo. En definitiva, nosotros nos oponemos a que nosotros luchemos por nuestros intereses.

Muy en relación con esta falacia, casi se puede considerarla como una variante, está la de la eliminación de privilegios. En la anterior secuencia de distintos colectivos a los que se ha ido atacando, es una constante que se use la expresión “eliminación de privilegios[1]” para justificar el recorte que tocara aplicar en cada momento.

Por ejemplo, en el caso de los estibadores, se dice que el trabajo que desempeñan, no excesivamente complejo, no justifica que cobren hasta 100.000 euros al año, cuando cualquiera de los millones de parados del país estaría dispuestos a hacer ese trabajo por 20.000 o incluso menos. No es que eso no sea cierto, pero la manipulación viene del hecho de que eso no se aplica con otros colectivos cuyos privilegios están blindados, y les permiten ingresar muchísimo más que un estibador, un controlador aéreo o un dentista.

Por ejemplo, hay presidentes de eléctricas y de bancos que tienen sueldos de varios millones de euros al año. El trabajo que desempeñan esos cargos estaría dispuesto a hacerlo cualquier parado por 60.000 euros al año, y que no trate nadie de convencer de la gran dificultad que tiene presidir un banco o una eléctrica, porque no cuela. No digo que sea fácil, pero no es más difícil que gestionar una panadería de barrio, manejar una grúa de puerto, los controles de un aeropuerto o diseñar una caldera. Los presidentes de bancos y eléctricas son unos privilegiados, y esos privilegios no se discuten.

Otra cosa es la manera, el medio mediante la cual cada colectivo haya conseguido sus privilegios. Los presidentes de bancos y eléctricas los han conseguido dándole puertas giratorias a los políticos de turno, y los estibadores o controladores los consiguieron haciendo huelgas. Y aquí entra otra vez la maquinaria de hacer falacias, para convencernos de que conseguir privilegios haciendo huelgas es algo terrible, mientras que obtenerlos haciendo favores a los políticos, no es tan grave, entra dentro del carácter de la picaresca española y ya tal. Se le resta importancia.

Si vamos a eliminar los privilegios, cosa que no me parece mal, comencemos eliminando los más escandalosos: la capacidad para heredar la jefatura del estado, los sueldos de millones de euros de los presidentes de bancos y eléctricas, el dinero de la PAC[2] que se destina a terratenientes que reciben grandes sumas de dinero por tener tierras improductivas y muchos otros. Cuando el sueldo de los altos cargos de todas las empresa eléctricas esté limitado a 80.000 euros al año, entonces hablamos de los privilegios de los camioneros, controladores o médicos.




[1] Se puede buscar en internet “privilegios mineros”, “privilegios estibadores”, “privilegios controladores”, “privilegios camioneros” y observar la preeminencia de ciertos periódicos en los resultados obtenidos. Por el contrario, en la búsqueda de “privilegios banqueros” o “privilegios eléctricas”, esos periódicos dejan de aparecer y tan sólo se referencian comentarios en fuentes alternativas o antisistema.
[2] Política Agraria Común (de la UE). Uno de los puntos más criticados es que la cuantía de las subvenciones dependa de la superficie poseída por cada beneficiario, más que de la productividad o el empleo creado.

martes, 14 de marzo de 2017

Unos comentarios sobre el capitalismo


El capitalismo no cubre necesidades, te las cubres tú trabajando, y comprándolas al sistema. Es una relación en parte simbiótica, en parte parasitaria. Me explico. Pongamos que un mono está en una selva, vive con diez monos mas, y todos se despiojan.

¿Vive el mono una vida simbiótica o víctima de parásitos? Las dos cosas. Vive en simbiosis con otros monos, y es víctima de otros parásitos (piojos). Eso mismo pasa con el capitalismo. las personas vivimos en simbiosis. Yo hago cálculos para mi empresa, ésta monta instalaciones que dan electricidad a la panadería, a la farmacia y a la zapatería donde yo luego compraré pan, jarabe para la tos y alpargatas. Todos nos beneficiamos de todos. Pero luego aparte hay parásitos (bancos rescatados, eléctricas que sobornan a políticos para boicotear el autoconsumo, alimentarias que promueven el consumo de azúcar) que nos quitan parte de la sangre y no nos dan nada a cambio. Y nosotros no podemos quitarnos de encima a los piojos, porque eso es "demagógico y populista".

Por otra parte, el estar inserto en un sistema capitalista no garantiza hacer crecer los ahorros, ni siquiera conservarlos, hay que saber gestionarlos. Conozco excelentes médicos, ingenieros, profesores, historiadores que han aportado y aportan mucho a la sociedad, pero que por no entender de como ahorrar, no han prosperado. A ver, no son pobres, tienen casa y comen todos los días, pero no están donde deberían estar. ¿Eso que implica? que parte del tiempo de uno hay que dedicarlo a "saber gestionar". Y me pongo a mi mismo como ejemplo. Hace tiempo que invierto en bolsa y hace tiempo que hago trabajos como freelance. El llevar la cuenta de hoja de horas me ha llevado a darme cuenta de que las horas que dedico a analizar donde invertir me resultan mas rentables que las que dedico a desarrollar trabajo de consultoría. Al final, el conjunto de la sociedad tiene un técnico que aporta menos de lo que podría aportar. eso es una ineficiencia gorda del sistema. O dejas de aportar todo lo que podrías al sistema para aprender a gestionarte, y pierde la sociedad, o eres un profesional abnegado y gana la sociedad pero pierdes tú.

La sociedad progresa a pesar del capitalismo. No es el capitalismo lo que hace progresar al mundo, sino la ciencia, la razón y una estructura humana y social. El Humanismo, la civilización, el dejar atrás la selva.

Luego se puede hablar si se quiere del comunismo y de los problemas que también plantea. Los monos viven mejor con piojos que devorados por panteras, pero no viven gracias a los piojos. Viven a pesar de los piojos que hay en el árbol, al cual se suben para huir de las panteras. El capitalismo no es el árbol que protege de las panteras, son los piojos que pican cuando subimos al árbol del humanismo.