Este blog es para el desahogo de un ciudadano que está cansado de que nos cuelen tantos engaños a casi todo el mundo. El único consuelo que me queda por ejercer es el de decir en voz alta "A MI NO ME ENGAÑAN".




Ya está disponible el ensayo
"Las Falacias que nos rodean", de distribución libre y gratuita.

miércoles, 6 de febrero de 2008

Tecnocracia

Ministro de Sanidad: Un medico con al menos 10 años de experiencia en sector publico y 5 en privado. Preferiblemente de la especialidad de Medicina Familiar.

Ministro de Industria: Ingeniero Industrial con al menos 10 años de experiencia en sector publico y 5 en privado.

Ministro Educacion: Profesor, con al menos 10 años de experiencia en sector publico y 5 en privado. A ser posible con experiencia en guarderias

Ministro de Interior: Policia retirado a ser posible que haya trabajado en al menos 3 departamentos siendo imprescindible el de homicidios.

Ministro de Asuntos Exteriores: Alguien que ya haya sido embajador o cónsul, y a ser posible con titulación en sicología y/o sociología.

Ministerio de Fomento. Ingeniero de Caminos o Arquitecto

Ministerio de la Vivienda. Este ministerio lo quitaba por inutil, por que las competencias estan traspasadas a las CCAA y porque lo poco que puede hacer el gobierno estaría en manos de Fomento.

Ministro de Economía y Ministro de Trabajo: Estos son los que veo más dificil de elegir el perfil. Que un economista, como ya ha dicho alguien, sea un buen ministro de economía está por ver. Normalmente los medicos curan a la gente y los ingenieros hacen puentes que no se caen, pero que un economista acierte... ainnsssss. Con respecto al ministro de trabajo, sin tenerlo claro, me decantaría por alguien que haya trabajado por cuenta propia y ajena, en los sectores públicos y privados, y que haya estado en el paro contra su voluntad al menos 3 meses en su vida. Puede parecer que así se favorece a alguien quizá menos capacitado, pero el haber estado en el paro le da capacidad empática con este colectivo. Se trata de que decida qué cosas se deben hacer para crear empleo estable. Para poner coto, ya estaría el ministro de economía.

Ministerio de Defensa: Esto debería ser tarea de los militares. Un general con experiencia en Afganistan o Líbano seguro que sabe mejor cómo se debe distribuir la armada o la aviación en previsión de un ataque procedente del norte de áfrica, que un civil. Eso sí, y por supuesto, supeditado en sus decisiones en ultima instancia al presidente del gobierno.

Ministro de Agricultura: Alguien que tenga formación tecnica, no necesariamente universitaria, pero al menos sí al nivel de FP o bachillerato, y que haya trabajado en el campo durante por lo menos 10 años.

Presidente del Gobierno: En el presidente del gobierno, exigiría que debería haber presidido antes alguna administracion, autonómica o al menos local, o en su defecto haber sido ministro. Al contrario que en el caso de los ministros, prohibiría aquellos que han presidido corporaciones privadas.

Los perfiles son claramente discutibles, pero estoy completamente seguro de que un gobierno capacitado técnicamente lo haría mucho mejor que los políticos, que dicho sea de paso, ni siquiera han estudiado la carrera de ciencias políticas, sino que de jóvenes "se metieron al partido de turno" y les fue bien porque calleron simpáticos a un grupo de militantes con más o menos influencia.

1 comentario:

jam dijo...

Siendo tanbién tecnócrata, (recomiendo "La república" de Platón). Matizaría algo: para el Ministerio de industria, por ejemplo, no creo que sólo sirvan los Ingenieros Industriales, yo además incluiría otro tipo de técnicos, así como empresarios industriales, en los más de los casos autodidactas, que darían lecciones magistrales a muchos catedráticos que se dedican a contar lo que les han contado, incluso científicos directamente vinculados a la industria. No soy en especial amigo de las categorizaciones, y menos tituladas, hace mucho que a mi los títulos no me dicen nada de alguién, como decía Robert Green Ingerid, "la universidad es el sitio donde se pulen las piedras y se empañan los diamantes". Me lo dice su experiencia, sus éxitos, su cultura, su conversación, su capacidad para relacionar conceptos transversalmente, su empatía, muchas cosas que no da un título, pero también es técnica. Por supuesto yo soy piedra.