Un amigo mío que está trabajando en Italia me dice que la gente está empezando a abandonar sus casas y a buscar cavernas habitables. La gente ya está dejando de decir "arrivedercci", "Ragazza" y está empezando a gritar "Uka, uka" y a emitir extraños sonidos guturales mientras se rascan el sobaco y dan vueltas sobre sí mismos.
Además, a los hombres está empezando a salirle pelo en gran cantidad, y se están observando secuestros de mujeres, a las que los hombres les golpean con un tronco en la cabeza, y se las llevan tirando del pelo.
Por no hablar de los ganaderos, están sufriendo el asalto de Homos Erectus que entran en las granjas y se comen a los animales crudos, y luego pasean por las calles con la boca llena de sangre, asustando a los niños. Claro que los niños se defienden tirándose a las piernas de estos hombres y mordiéndoles hasta arrancarles un cacho de carne, que luego se comen. No tienen más remedio que hacerlo, porque sus madres han sido secuestradas, y las farmacias y supermercados están abandonados. Y es que nadie sabe cómo se abre una cerradura con una llave. Algunos han intentado comerse las llaves pensando que son un tipo de baya, y se han quedado sin incisivos.
Los periodicos estan dejando de escribirse, y no se hacen grafittis con sprays, sino pinturas rupestres de búfalos.
Con todo, lo peor lo están viviendo los conductores de autobuses. Los homínidos los confunden con mamuts y los apedrean para cazarlos y comérselos. Y luego mueren intoxicados cuando se tragan el caucho de los neumáticos o el gasoil de los depósitos.
Los políticos no pierden el tiempo y se han reconvertido en los chamanes y brujos de la tribu, y quieren que los demás Homos Erectus trabajen para ellos, porque ellos tienen bastante con agitar un tronco lleno de piedras que hace ruido.
Es lo que pasa cuando renuncias a la nuclear, que implica volver a las cavernas.
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