Este blog es para el desahogo de un ciudadano que está cansado de que nos cuelen tantos engaños a casi todo el mundo. El único consuelo que me queda por ejercer es el de decir en voz alta "A MI NO ME ENGAÑAN".




Ya está disponible el ensayo
"Las Falacias que nos rodean", de distribución libre y gratuita.

martes, 20 de febrero de 2018

Solidaridad con el humorista Carlos Santiago



Comienzo la mañana leyendo que el pregón de Carlos Santiago ha ofendido muchisimo a las confesiones religiosas, especialmente la católica, pero tambien la musulmana y la judía.

Y ahora quieren ponerle una querella. Vamos, que están en plan ofendiditos.

Si tan poco le gustan los carnavales, ¿porqué van a escucharlos? Seria como si un ateo fuera a una iglesia a decir que no está de acuerdo con el contenido de la homilía, porque ofende su ateísmo. O que una nudista fuera a enseñar las tetas a una iglesia, porque no está de acuerdo con que haya que ir como ellos dicen.

A los agnósticos NOS OFENDE que nos planten en la puerta de casa el paso de una virgen, y nos digan que es la madre de dios, y reciten una letanía en la que traten de meterme con cucharón, EN LA PUERTA DE MI CASA, sus creencias mitológicas.

Las personas tienen derecho a no creer en Zeus, Cristo, Mahoma ni Baco. Y tienen derecho a creer, claro.

Si a la justicia española le pareció mal que Rita Maestre, atea y nudista, fuera a una homilía a decir que no le gustaba el contenido de la misma y a enseñar las tetas, y se le dijo, "si no eres creyente, no vayas a provocar", pues siguiendo el mismo criterio, los católicos no deberían ir a los carnavales a decir cómo deben ser estos.

O por plantearlo de otra manera, formulémonos algunas preguntas en términos genéricos:

Sea un colectivo con unas creencias X, que se manifiestan en determinadas fiestas y discursos. 
Para ese colectivo,
1) ¿Tienen derecho a divulgar y hacer publicidad de sus creencias y sus discursos para que lo escuchen quienes no piensan igual?  ¿O por el contrario prevalece el derecho de quienes no creen en esa idea, a que se les deje tranquilos?
2 ¿Tienen derecho a que se les deje practicar sus creencias en privado sin interferencias de quienes no tienen esa creencia?  ¿O prevalece la libre admisión de cualquiera que quiera acceder a sus rituales, de tal forma que si no les gusta puedan atacarlo y censurarlo?


Pensemos una respuesta, y la respuesta que se de a esas cuestiones genéricas, se aplica a todas las ideas y creencias.

Si la respuesta a las preguntas (1) es "si, cualquiera puede divulgar sus creencias", para que así la iglesia pueda hacer proselitismo, entonces los humoristas del carnaval tambien pueden divulgar sus pregones. Si la respuesta es "no, el que piense algo que se lo calle", entonces que no me planten en la puerta de mi casa una virgen a las dos de la mañana del miercoles santo, que quiero dormir, leches.

Si la respuesta a las preguntas (2) es que "cualquiera tiene derecho a que no interfieran en sus creencias, no vayas si no te gusta", para así poder condenar a las "blasfemas", entonces los carnavaleros tienen derecho a que los creyentes acudan al carnaval a protestar. Y si la respuesta es "claro que cualquiera puede ir a donde se practique un ritual y criticarlo si no gusta", para así justificar la censura al carnaval, entonces Rita Maestre actuó bien enseñando las tetas en la capilla mitológica.

Pero claro, a la gente le gusta tener PRIVILEGIOS, y por eso este problema no se plantea en los términos genéricos que expongo. Se hace una distinción, y se dice que "no es lo mismo", que la religión es más importante, y entonces a las preguntas que hago, antes de contestar, se dice un "depende". Y ahí viene la contestacion del sistema:

A la pregunta 1): "Depende. Si es la la iglesia puede divulgar sus creencias, y los ateos NO TIENEN DERECHO a que se les deje tranquilos durmiendo en casa. Pero si es un humorista carnavalero, debe permanecer calladito, porque los creyentes tienen derecho a que no se les ataque sus creencias para estar tranquilos."
A la pregunta 2): "Depende. Si se trata de católicos, entonces tienen derecho a practicar misa sin ser molestados por una nudista blasfema. Pero si se trata de carnavaleros, entonces deben estar preparados para que vaya la inquisicion posmoderna a supervisarlo, y criticar lo que no sea de su gusto.

Y así es como se crean los privilegios. En España, la moral es de todo menos kantiana.