A raíz de la elección de Donald Trump como presidente de
EE.UU. parece que eso ha pasado a ser el primer problema del mundo, y en
concreto, de España. Ya no importa la tasa de paro, la generación perdida, las
personas sin casa, los negocios que quiebran, la industria productiva que se
sigue yendo a otros países, la corrupción política… nada de eso importa. Al
focalizar toda la atención en Trump, se consiguen dos efectos. Por un lado
distraer de los problemas de aquí, y por otro lado, hacernos pensar que alguien
que deja de importar de China, es un ser horrible y malvado. No hay ningún
partido español que se lo haya planteado, ni tan siquiera los del cambio
radical, pero si algún día algún político español propusiera cerrar las
fronteras a los productos fabricados por mano de obra esclava de China, inmediatamente
sería atacado por los perros de presa del sistema al grito de “ese propone lo
mismo que Trump”
Lo cierto es que el problema de un parado español no es Trump, son los políticos españoles que nos roban a los trabajadores españoles, mediante unas leyes españolas que lo permiten. Y eso se soluciona en las elecciones españolas, no en las de EE.UU. Trump es uno de los grandes distractores del momento presente.
Este articulo y muchos más, están disponibles en el ensayo "Las Falacias que nos rodean", de distribución libre y gratuita.
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