Acabo de leer el tweet de hoy (08/10/2014) de Perez-Reverte. Me ha decepcionado el señor Reverte. No esperaba un comentario así, y menos viniendo de alguien que trabaja en la Real Academia de la Lengua.
El verbo sacrificar implica una renuncia a algo valioso, para salvar algo más valioso. Por ejemplo, si a un alpinista se le gangrena una pierna, hay que sacrificar la pierna y amputarla para evitar que el alpinista muera. Se renuncia a algo valioso, una parte del propio cuerpo, para salvar algo más valioso, la vida. Otro ejemplo menos trascendental puede ser el estudiante que decide sacrificar horas de sueño para estudiar un examen. Se pierde algo valioso (horas de sueño) para conseguir algo más valioso (un importante aprobado). Pero no cabe usar el verbo sacrificar cuando no estamos renunciando a algo valioso, sino eliminando algo indeseable. Yo no sacrifico el cieno del husillo de mi patio para evitar que se inunde cuando llueva, ni sacrifico los restos de comida de mis dientes cuando me los lavo para evitar que me salgan caries. Tampoco sacrifico el moco que me pueda aparecer en los bronquios cuando cojo un catarro de los gordos y lo escupo para liberar el cuerpo de esa materia perjudicial.
En su tweet de hoy habla de sacrificar algo despreciable, inútil y molesto. Eso es un error conceptual en el uso de este verbo.
Dejando de lado este error, debo afirmar que, captando la intención de fondo, la comparto plenamente.
;)
miércoles, 8 de octubre de 2014
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