Este blog es para el desahogo de un ciudadano que está cansado de que nos cuelen tantos engaños a casi todo el mundo. El único consuelo que me queda por ejercer es el de decir en voz alta "A MI NO ME ENGAÑAN".




Ya está disponible el ensayo
"Las Falacias que nos rodean", de distribución libre y gratuita.

miércoles, 20 de enero de 2010

Gente que admiro (IV): El padre coraje

A este hombre, a pesar de admirarlo, tengo que reconocer que me cuesta comprenderlo. Pudo matar a los asesinos de su hijo y no lo hizo, porque creyó en la justicia. Prefirió no matarlos, cuando ya sabía que eran ellos, para poner las pruebas a disposición de la justicia. De nada le sirvio, porque las pruebas no se admitieron por ser escuchas realizadas sin autorizacion judicial, cuando precisamente a los asesinos no se les investigó porque no se autorizaron las escuchas... estamos pues ante uno de los tipicos callejones sin salida ibéricos... las escuchas no se admiten como pruebas porque el juez no las autorizó, y el juez no autorizó en ningun caso las escuchas. ¿Como se puede entonces probar que alguien es un asesino si el juez no quiere?

Los asesinos y la "justicia" española no se merecen alguien que tenga tanta clase y nobleza como el padre coraje. Debió haberlos matado, que esto es España, y aquí el feudalismo, la inquisición, el cortijerismo siguen vigentes. Ser noble con un asesino y confiar en un juez español es como pretender enfriar el centro de la tierra tirando en un volcán el hielo que ha sobrado de una fiesta...

Hace falta mucha, mucha nobleza y mucho espíritu de contención para tener junto a tí al asesino de tu hijo, en un descampado donde nadie te ve y, con tu navaja en el bolsillo, decidir que lo mejor es poner las pruebas a disposición del juzgado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues si, el sistema judicial es una basura y los jueces son los primeros responsables de todos estos hechos.
Sin embargo, son considerados semidioses, cuando deberían tener la misma responsabilidad que cualquier otra profesión.

Desgraciadamente nunca se esclarecerá esto, pues los años pasan, la gente se olvida, las pruebas ya casi ni existen y hasta la policía reconoció que hizo una basura de trabajo. ¿Rodaron cabezas?, claro que no, esto es España.

Con la historia de este hombre podemos sacar una moraleja clara. NO CREAS EN LA JUSTICIA y LA MEJOR JUSTICIA ES LA DE UNO MISMO. OJO POR OJO.